Sillas colgantes: tamaños, materiales, cómo colgarlas y mucho más

Sillas colgantes: tamaños, materiales, cómo colgarlas y mucho más

Las sillas colgantes son productos ideales pensados para mejorar nuestra comodidad y relajación a lo largo del día. Estos objetos nos ayudan a aliviar la tensión acumulada a lo largo del día y a despejar nuestra mente aprovechando su cómodo diseño y balanceo. Actualmente podemos encontrar una gran cantidad de sillas colgantes, todas ellas tienen un diseño específico, aunque su función principal —como decíamos— sigue siendo la misma: La relajación.

Así pues, destacan las sillas-hamacas colgantes y las sillas colgante huevo. Aunque ambas son sillas colgantes, lo cierto es que cambia mucho la forma de cada una de ellas, así como la manera en la que se instalan y los materiales con los cuáles están fabricadas. En este artículo hemos preparado un completo análisis con toda la información que necesitas conocer sobre las sillas colgantes. Puedes echarle un vistazo, a continuación.

Tipos de sillas colgantes

Por lo general, cuando hablamos de sillas colgantes nos encontramos con dos modelos diferentes, así mismo, cada modelo puede tener diferentes variantes entre sí. Estos son: 

  • Sillas-hamacas colgantes: Son las sillas colgantes más utilizadas. Estas están pensadas para ser colgadas sobre cualquier superficie rígida. Las mismas están disponibles en varios tamaños y cuentan con capacidades de carga variables, dependiendo de cada producto. Estas sillas suelen estar hechas en su mayor parte de algodón y resultan muy cómodas para la espalda y las piernas. Son sillas que se acomodan perfectamente a la postura. Así mismo, las sillas-hamacas colgantes están disponibles en varios colores, como las sillas colgantes blancas. Aunque también las podemos encontrar en tonalidad beige, marrón o multicolores. Hay tantas tonalidades como gustos.
  • Sillas colgantes huevo: Las sillas colgantes huevo son sillas colgantes que se cuelgan directamente sobre un soporte silla colgante específico para ellas. Se llaman sillas colgantes huevo por su aspecto ovalado, abierto por la mitad. Estas sillas están pensadas para instalar sobre superficies planas —tanto en el interior de la vivienda como en el jardín o la terraza—. Son sillas muy cómodas con bases resistentes. Estas sillas no se ajustan a la forma de la persona, por lo que necesitan una base acolchada como un cojín.

Tamaños de las sillas colgantes

Las dimensiones de las sillas colgantes varían en función de su modelo, aunque todas están pensadas para una o dos personas, como máximo. No obstante, de manera general, podemos encontrar sillas-hamacas colgantes con un tamaño de 150 x 135 cm. Se trata de unas dimensiones estupendas para que la silla-hamaca colgante resulte cómoda sin sentirnos demasiado apretados —o agobiados— por ellas, además de ocupar poco espacio en la vivienda. Estas sillas colgantes pueden ser instaladas en el interior de la vivienda o en el exterior, si es el caso de que esta cuenta con jardín o terraza —al igual que las sillas colgantes huevo—.

En el caso de las sillas colgantes huevo, estas suelen tener unas dimensiones aproximadas de 120 x 95 x 68 cm. En estas medidas se incluye, así mismo, el soporte silla colgante, que es el que se encarga de mantener esta silla elevada y colgada.

Como mencionábamos, estas son medidas generales, aunque cada producto puede cambiar ligeramente el tamaño entre sí.

¿Cuánto peso soportan las sillas colgantes?

Conocer el peso que las sillas colgantes pueden soportar es fundamental para saber qué silla colgante encaja mejor con nosotros. Por lo general, como comentábamos, estas sillas están pensadas para una sola persona, aunque dependiendo de los modelos y de la cantidad de peso que pueden resistir, podemos encontrar sillas colgantes —tanto las sillas-hamacas colgantes, como las sillas colgantes huevo— pensadas hasta un máximo de dos personas.

Por lo general, el peso que las sillas colgantes puedes soportar oscila en torno a los 150 kg hasta los 200 kg —las que más—. Todo depende de lo que estemos buscando y de las necesidades de cada persona.

Materiales de la silla colgante

Los materiales con los cuales están fabricadas las sillas colgantes son de lo más variados. Por supuesto, en cada modelo se utiliza materiales resistentes y gruesos capaces de soportar una elevada cantidad de peso y de distribuirlo a través de sus puños, o cuerdas. Así pues, podemos encontrar diferentes productos como las sillas colgantes mimbre, las sillas colgantes rattan, las sillas colgantes de acrílico o las sillas colgantes de algodón. También podemos encontrar los pantalones hechos con mezclilla. En el caso de las sillas colgantes de algodón estas pueden estar hechas, a su vez, de algodón orgánico en su totalidad o estar mezcladas con un porcentaje más reducido de algodón reciclado.

Por lo general, las variedades de sillas colgantes mimbre, las sillas colgantes rattan o las sillas colgantes de acrílico suelen ser sillas colgantes huevo; mientras que las sillas-hamacas colgantes son las sillas que están hechas con algodón o mezclilla. La variedad es muy amplia dependiendo de los gustos de cada persona y del diseño que se esté buscando, así como el color que se desee, como las sillas colgantes blancas, rojas, verdes, marrones o mezcla.

Cómo colgar una silla colgante

Instalar una silla colgante es sencillo. La manera más adecuada para poder instalar las sillas colgantes es mediante fijaciones, concretamente en el caso de las sillas-hamacas colgantes —ya que las sillas colgantes huevo incluyen un soporte silla colgante específico para ellas—. Así pues, tendremos que asegurarnos de que las fijaciones se enganchan adecuadamente en el árbol o en la superficie que elijamos, para que no haya ningún sobresalto.

Las fijaciones de las sillas colgantes pueden ser enganchadas directamente con una cuerda a parte —si es el caso de que se coloca sobre la rama de un árbol— o con clavijas, haciendo agujeros en el techo o contrapeso. Debes asegurarte que las fijaciones sean giratorias, ya que, al estar colgada en un único punto, esta puede dar vueltas sobre sí y hacer que se salgan los tornillos —aunque también hay sillas colgantes que necesitan dos puntos de apoyo, en ese caso no sería necesario—.

Por último, a la hora de llevar a cabo la instalación es aconsejado que calcules una distancia hasta el suelo de 30 cm, una vez que esté colgada la silla. Ten en cuenta que con el tiempo puede ceder, así que antes de instalarla definitivamente, súbele unos pocos centímetros para que no sientas que la silla queda a ras del suelo y tus pies puedan colgar.